jueves, 28 de julio de 2016



TERREMOTO EN CHILE

Al día siguiente del terremoto le comenté a un vecino sobre una fisura en un muro del patio de mi casa, al respecto me dijo:

 “Hay una solución súper buena, le mandas a poner al muro barras horizontales, así en caso de derrumbe caerá hacia el otro lado y a ti no te afectará, el problema será de tu vecino”

Sorprendido por el comentario solo lo mire sin decir nada. luego pensé que este comentario no es aislado, es el reflejo de algo más profundo que acontece en nuestra sociedad.

Desde la madrugada del sábado 27 de febrero se nos ha venido encima una ola de miedo, incertidumbre, dolor, pérdida y angustia junto a otra ola de imágenes y testimonios desoladores a cargo de los medios de comunicación.

Primero el impacto del terremoto, luego el impacto de los daños que provocó el terremoto seguido del impacto del maremoto.

Aún estamos aturdidos tratando de entender qué es lo que pasó y junto a ello comenzamos a especular respecto de cómo seguiremos con nuestras vidas a partir de éste remezón de la tierra, de este remezón en nuestros cuerpos y por sobre todo de este remezón en nuestras conciencias.

Los ingenieros y especialistas en construcción hablan de fisuras y daños estructurales y frente a ello recomiendan abandonar el lugar afectado por el inminente peligro de colapso, es decir esa estructura ya no es capaz de albergar, de contener, de proteger. es necesaria una nueva, una que pueda brindar la seguridad que la otra era incapaz de entregar.

¿Qué estructura de relación y convivencia hemos construido en Chile durante las últimas décadas?

Llegan noticias de asaltos a heridos instantes después de ocurrido el terremoto, junto a ello las impactantes imágenes de los saqueos, de las bandas, del pillaje, del robo, de las compras desmedidas, de la desconfianza, de los grupos armados que intentan proteger lo que les quedó, de la soberbia y falta de humildad. caos, desorden e individualismo extremo pareciera a momentos que aventajan a la solidaridad a la compasión, al amor por el otro, por el legítimo otro.

parece que nuestro actuar, nuestro hacer, nuestra forma de estar y transitar en esta sociedad chilena de las últimas tres décadas, calza bastante con lo que nos han mostrado las imágenes en términos de la desconfianza, del individualismo y la pérdida del respeto por el otro, una muestra de esto es lo que ocurre todos los días en las calles y oficinas de nuestro país. acaso no se ve agresividad en la forma de conducir de mucha gente, acaso son respetados los pasos peatonales, o lo son los estacionamientos reservados a minusválidos y qué ocurre con el bullying y la intolerancia con los que son distintos o los que piensan diferente. en fin, podría continuar con muchísimos ejemplos, solo pensar en esto hace que las situaciones emerjan a borbotones.

Una mirada hacia donde estamos evitando mirar diría que nuestra sociedad tiene fisuras y daños estructurales.

Me surge la siguiente pregunta:


¿Qué podemos empezar a hacer distinto para construir una sociedad más equitativa, solidaria y compasiva con el otro a partir de esta experiencia?

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